Del zoco de Alepo a Barcelona

Zoco de Alepo (Siria),noviembre de 2010
Zoco de Alepo, noviembre de 2010.


Esta imagen que encabeza el post forma parte de la muestra fotográfica de la exposición Veus de la Mediterrània (Voces del Mediterráneo), que se puede visitar en el Museu de la Música, en Barcelona, hasta el 26 de julio.

Me hace ilusión ver mi fotografía colgada junto a otras de mercados, plazas y rincones de países como El Líbano, Siria, Francia o Portugal. Y me lleva a noviembre de 2010, cuando la tomé a los pocos minutos de entrar en el zoco de Alepo.

Alepo es la segunda ciudad de Siria, tras Damasco. Está al norte del país, no demasiado lejos de la frontera con Turquía. Se puede definir Alepo históricamente con dos palabras: zoco y jabón. Su zoco era en realidad como los nidos de cigüeña, que empiezan con dos ramitas y acaban pesando media tonelada: abarcaba calles, callejuelas, incluía caravansares, plazuelas y mezquitas. La mayor parte de él estaba cubierto por cúpulas de ladrillo o artesonados de madera, y el sol no se veía más que a través de unos pocos tragaluces.

Decidimos rodearlo para entrar por uno de sus extremos y caminar en dirección a la ciudadela (o intentarlo, porque la línea recta es el camino imposible en un zoco). La animación era fantástica. Cientos de sirios buscaban telas, comida, alfombras, camisetas, dulces... Los comerciantes no dejaban de pasar junto a nosotros acarreando mercancía, unas veces a pie, otras empujando carretillas, o en pequeños carromatos cuyas bocinas intentaban hacer hueco entre la muchedumbre.

Al poco de entrar, un hombre a lomos de un burro, con sus alforjas y sacos bien repletos, nos adelantó por la derecha. Levanté la cámara y apreté el disparador.

Si algún mérito tiene esta fotografía es el de la memoria. Cinco meses después de tomarla, prendió en Siria la mecha de las primaveras árabes, que ya lleva camino de cuatro años de duro invierno y guerra  civil descarnada. Los ataques del Ejército destruyeron gran parte del zoco, que quedó arrasado por el fuego y las bombas.

Estoy seguro de que cuando todo acabe, en Alepo volverán al zoco. Levantarán las maderas calcinadas y el laberinto del mercado tendrá de nuevo pistachos, oro, piezas de cobre, telas de mil colores y jabón de aceite de oliva.

Los frutos secos se transportaban en carretillas por las callejuelas.




Vídeo de la exposición (minuto 0:32).


Así era la vida en el zoco de Alepo.


Y así quedó tras los bombardeos.

Comentarios

  1. Que triste pensar que toda esa efervescencia del zoco se ha de haber perdido por la guerra :(

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  2. Totalmente de acuerdo. No sabes cuánto siento cada mala noticia que llega desde Siria (y son muchas), pensar lo que estarán sufriendo sus gentes.

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  3. Totalmente de acuerdo. No sabes cuánto siento cada mala noticia que llega desde Siria (y son muchas), pensar lo que estarán sufriendo sus gentes.

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