Cosas que no debes hacer si te sorprende un terremoto en lo alto de un templo en Bagan

Tengo cierta fijación con una película de Woody Allen, Match Point. Y en especial con ese inicio en el que congela la imagen para contarnos, en resumidas cuentas, que la vida se decide en ocasiones, sin que nos demos cuenta, por el capricho de una pelota que decide caer a un lado u otro de la red.

He vuelto a pensar en esa película hace poco. El día en que me sorprendió un terremoto en lo alto de un templo de Bagan (Myanmar). Una sacudida moderada, de magnitud 5,5, con la que temblamos la cúpula de la pagoda y las tres personas que estábamos allí.  Pensándolo bien, fue algo muy natural. ¿Qué probabilidad hay de que, si se produce un terremoto, te sorprenda en lo alto de uno de los edificios que abarrotan la explanada de Bagan? Alta, muy alta. No dejábamos de trepar como monos al primero que veíamos con escaleras de acceso. ¿Y qué probabilidad hay de que, si estás en Myanmar, te sorprenda un temblor de tierra? También alta. Es una zona de gran actividad sísmica. Así que...

De la experiencia he extraído unas cuantas conclusiones, que te pueden servir si te ves en la misma tesitura:

  1. No trates de comprender lo que ocurre. Huye. En mi caso, me entretuve durante más de cinco minutos dando vueltas a lo que acababa de sentir: la cúpula de unos tres metros de altura bajo la que estaba sentado se bamboleó como un vagón de metro al cruzarse con otro convoy. Incluso con un sonido parecido.
  2. Los paisanos no son un buen termómetro. El vendedor de pinturas que extendía el género junto a nosotros ni se inmutó. Siguió con su tarea como si no hubiera pasado nada. Eso me desconcertó. ¿Habría sufrido yo algún tipo de alucinación mental? ¿Estará él ya muy acostumbrado a esos movimientos?
  3. Ojo, que suele haber réplicas. En este caso, de magnitud 4,6, aunque ya no la percibí. Se produjo unas tres horas y media después del primer temblor, cuando calculo que estaba sobre una bici volviendo al hotel.
  4. Comprueba que no son alucinaciones. ¿Y cómo sé que se trata de un terremoto? En Internet hay respuesta a todo. Yo lo comprobé en la web de Iris (Incorporated Research Institutions for Seismology), donde  sitúan el epicentro (al norte de la ciudad de Monywa) y la hora exacta. La hora de las fotografías que tomé en Bulethi me dieron la confirmación. En esa página incluso pude escuchar cómo captaron los sismógrafos el sonido del temblor.
Como Woody Allen, estoy convencido de que no se trata de que la pelotita no toque la red en el punto definitivo del partido, sino que decida caer al lado bueno de la red. Lo que solemos llamar suerte.

El templo de Bulethi, intacto tras el temblor.

Una de las espléndidas vistas que se obtienen desde lo alto de Bulethi. Muy recomendable para ver amanecer o atardecer.




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