Bienvenidos a Palmira

El arco del triunfo de Palmira tiene (o tenía, o tendrá) 2.000 años a sus espaldas. Ya gastadillo, amenazando ruina, lo descubrimos apenas medio año antes de que comenzase la guerra en Siria. Ya entonces el cuidado de las ruinas arqueológicas era más que relativo. Apenas había vigilancia, los hombres de las tribus locales daban vueltas con sus motillos junto al cardo, la vía principal, para buscar turistas perezosos a los que acercar a la zona de las tumbas, a un par de kilómetros. Y los adolescentes jugaban a trepar y brincar por el tejadillo desdentado del arco del triunfo. Después llegaron los bárbaros. No era la primera vez. A lo largo de los siglos Palmira ha visto pasar imperios, vándalos y delincuentes de todo pelaje, que han dejado heridas en las piedras. La penúltima, la dinamita con la que el arco, el que te invitaba a pasear entre columnas milenarias, fue semiderruido. Tristes guerras, etc, etc.


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