San Pedro de Atacama, el fuego que arde tu piel




San Pedro de Atacama es un decorado, una ilusión en el desierto, el falso pueblo más auténtico que puedes encontrar en cientos de millas a la redonda en el norte de Chile. Amable y aborrecible, todo a un tiempo.

Sus calles cuadriculadas, polvorientas, recorridas por cientos de mochileros de distintas edades y condición acaban en el paseo largo de Caracoles, su eje principal. Allí tienes dos opciones: cenar o buscar un destino para el día siguiente. La segunda opción la teníamos clara, así que buscamos un rincón agradable para sentarnos y caímos en La Casona, un restaurante coqueto con terraza semicubierta que resguarda bien del fresco de las noches de diciembre. La comida es sencilla, pero hecha con mimo y bien presentada. No era día para parrilladas, así que cenamos ligero: crema de calabaza, risotto, pollo a la brasa...

Cuando llegamos, un joven se despedía del minúsculo escenario sin que nadie le hiciera mucho caso. No hubo peticiones de bises, aunque tampoco muestras de desagrado. Antes, anunció,  un tema de despedida. Y sonó Tuyo, de Rodrigo Amarante.Y se convirtió en un regalo inesperado.

Gracias por el detalle, músico desconocido.

"Soy el fuego que arde tu piel
soy el agua que mata tu sed..."






Comentarios